CROMAGNONES DIGITALES: Yo digo no

viernes, 24 de diciembre de 2010

Yo digo no

Aquello que diferencia al ser humano del resto de especies es en esencia su capacidad de imaginar realidades diferentes a lo que tiene inmediatamente delante y por ende su capacidad de anticipación, adaptación y de modificación del medio.
El valor de sus ideas.
Su extraordinaria capacidad de construir lo tangible desde lo intangible e incluso lo intangible per se.

Hoy en día la riqueza de una sociedad se mide por el valor de sus ideas. Por su producto intelectual.
Y no nos olvidemos, por su nivel de felicidad, intrínsicamente unido a su cultura y forma de vida (no tanto a su riqueza, curiosamente).

La propiedad intelectual son nuestras ideas, nuestra cultura, nuestra identidad.
Es la propiedad industrial (patentes, marcas, desarrollos científicos...) y los derechos de autor (obras literarias, musicales, cinematográficas...)

Vivimos un mundo cada vez más digital e inmaterial. Un mundo virtual. Donde todo es copiable y replicable.

La propiedad intelectual permite no sólo la defensa de los autores, sino la defensa de los desarrollos intelectuales de toda la sociedad.

Yo digo si a la defensa de la propiedad intelectual y si a la defensa de los derechos de autor.

Y digo no al pirateo.

Pero digo también no a una industria abusiva y que vive de espaldas a la realidad, al mercado, y aunque parezca mentira sobre todo a los autores y a sus clientes (todos nosotros, usuarios).

Y digo no a saltarnos el poder judicial.

Y digo no a que la industria intelectual se quede por detrás del desarrollo digital de la sociedad aferrándose a modelos y estructuras obsoletas, demandando condiciones salvajes para compensar lo perdido.

Así que sin duda quiero una ley que defienda la cultura y la propiedad intelectual y que pare el pirateo de un país que está a la altura de Corea del Norte y China en la falta de respecto a los derechos de autor.

Pero por favor, sin abusos y a la altura de los tiempos, buscando un bien común desde una defensa de la propiedad privada.

Lo digo como autor de más de 200 obras musicales, directivo de la industria publicitaria y exdirectivo de la industria editorial musical... pero sobre todo como ciudadano que quiere defender la cultura y la riqueza patrimonial de su país...y los empleos que hay detrás.

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